Quién le iba a decir a Amy que mientras le tomaban esta foto de su actuación en los Brit Awards, el personal de limpieza del hotel londinense Riverbank, desoyendo sus órdenes de no hacer limpieza durante su estancia, entrara en la suite de la cantante ante las continuas quejas de los empleados, y además, contara a The Sun el espectáculo del que fueron testigos.
El paisaje no podía ser más desolador: botellas de alcohol por el suelo, colillas, ropa interior sucia, el baño atascado de pelos, tinte por los sanitarios… lo más parecido a una batalla campal, y no es de extrañar, dada la terrible lucha que está manteniendo la cantante contra su adicción al alcohol y a la heroína…
Sólo dos semanas ha necesitado la cantante para destrozar la lujosa suite que ocupaba desde que saliera de la clínica de desintoxicación y cuyos desperfectos ascienden a 4.000 euros.
Por el momento la actriz no ha hecho declaraciones sobre lo ocurrido. Evidentemente canta mejor que se organiza.
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