Si una serie está generando polémica y debate entre el público actualmente, esa es “Sin tetas no hay paraíso”, sobretodo entre las asociaciones de padres de alumnos de los institutos. Y es normal, con tal depravado nombre, ¿qué cabe esperar de su contenido? Tetas, culos, tetas, una guapa protagonista, tetas, sensualidad, tetas, sexo implícito, tetas, erotismo barato y más tetas.
¿Qué mujer es la “culpable” protagonista de las poluciones nocturnas de tantos imberbes colegialos? Pues María Castro, la pelirroja más atrevida y zorrita de la televisión. Para muestra, un botón. Y no, no me refiero a su clítoris, sino a estas imágenes de una secuencia de cama, donde la pícara zagala se queda en seductora pose sobre el lecho con una espantosa ropa interior de color negro y lila.
Sin entrar en escabrosos detalles de su textil íntimo y la bajada de libido que eso conlleva, ¿quién no intentaría romperle esa faja de la abuela con una buena erección del pene, o directamente practicarle un violento “fist fucking” sin contemplaciones?
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