Con su primer papel como asesino sádico, Richard Widmark consiguió de la noche a la mañana convertirse en el villano por excelencia de Hollywood. Con el thriller Kiss of Death (1947), en el que tiraba por una escalera a una viejecita en silla de ruedas, el actor logró, a sus 32 años, una candidatura al Óscar.
Dio vida a tipos duros y a personajes con carácter fuerte en muchas grandes historias de la meca del cine. Con su fallecimiento el lunes, Hollywood pierde a una de sus últimas estrellas de la gran pantalla.
Widmark tenía 93 años y, según su familia, murió en su casa en Connecticut, donde vivía retirado desde hace años, informó la revista Hollywood Reporter.
Trabajó a las órdenes de grandes directores, como Elia Kazan, John Ford, Stanley Kramer y Sidney Lumet.
La fama de Kiss of Death lo ató al principio a los personajes de villano, pero en el thriller de Kazan, Panic in the Streets (1950), Widmark demostró su versatilidad como médico de la policía.
Consideraba a Spencer Tracy uno de los grandes actores de todos los tiempos y compartió escenario con él en Judgment of Nuremberg (1961).
Widmark entró a formar parte de esa primera categoría de astros, en la que se situaban Clark Gable, Henry Fonda o Cary Grant.
Otras destacables participaciones del actor son las que hizo en el western Garden of Evil (1954) o Murder on the Orient Express (1974), así como en el drama social de Volker Schlöndorff A Gathering of Old Men (1987).
En 1991, el héroe de numerosos westerns y películas de guerra se puso delante de la cámara para el thriller político True Colors.
Descendiente de agricultores suecos e hijo de un pequeño comerciante de Minnesota, hizo estudios de política, después el actor comenzó a presentarse en escenarios como aficionado.
Ganaba dinero como locutor de radio antes de dar el salto a Hollywood, donde se mantuvo alejado de la fiestas.
“No importa cuán famoso llega a ser un actor, uno se puede mantener alejado de los reflectores y llevar una vida normal”, aseguró en una de las escasas entrevistas que concedió, siempre reacio a la exposición pública.
Le disgustaban los talk show
Rechazaba el contacto con el público, sobre todo por medio de programas televisivos de entretenimiento, a los que los actores suelen acudir para promover su trabajo. “Quien quiera algo de mí, me puede visitar en mi granja, pero por supuesto sólo si trae una propuesta de trabajo”, señaló el actor, que decía no entender cómo las estrellas podían hablar de su vida privada en los talk show.”
En la década de los años 60, este demócrata convencido y fuerte opositor a la guerra de Vietnam fue noticia por su compromiso político.
El primer matrimonio de Widmark con la guionista Jean Hazlewood concluyó tras 55 años juntos, con la muerte de ella. Al hablar de las tentaciones de Hollywood, aseguró en cierta ocasión que nunca coqueteó con sus compañeras de reparto. “Sólo amé a mi mujer”, afirmó.
A los 84 años se casó de nuevo con la actriz Susan Blanchard, la ex mujer de otra leyenda de Hollywood ya fallecida, Henry Fonda.
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